La idea del piloto automático para barcos es simple, se trata de un sistema que nos permite mantener el rumbo seleccionado en el dispositivo. Sin embargo, los equipos de electrónica marina actuales han evolucionado mucho, y se puede considerar el piloto automático como un auténtico asistente para la navegación.

El piloto automático puede mantener un rumbo determinado introducido manualmente por el capitán de la embarcación, o bien mantener el rumbo indicado en un GPS Plotter u otros equipos de electrónica marina siempre que los sistemas estén interconectados. Los pilotos automáticos actuales son capaces de seguir rumbos trazados encima de una cartografía marina para disponer de un asistente en la navegación durante toda la travesía.

Los equipos de electrónica marina en una embarcación pueden ser muy extensos, y evidentemente se pueden interconectar. El piloto automático puede recibir información de todo tipo de instrumentación, para ajustar el rumbo dependiendo de los distintos datos dinámicos que recibe. Se trata entonces de sistemas inteligentes que permiten ajustar la navegación al estado de la mar, condiciones de viento y ola, corrientes, velocidad y carga de la embarcación…

Los pilotos automáticos para barcos y veleros aumentan la seguridad durante la travesía, manteniendo el rumbo deseado y permitiendo al capitán centrarse en otros peligros, como embarcaciones u otros obstáculos, y datos de navegación.

Un piloto automático permite una navegación eficiente, evitando desvíos en el rumbo habituales en el gobierno manual. Ya sea por distracciones, cansancio o simplemente por la tendencia natural a la sobrecorrección del rumbo. La eficiencia que ofrecen los pilotos automáticos se traduce en distancias recorridas más cortas y un menor arrastre.

Los sistemas de gobierno para embarcaciones añaden comodidad y confort durante la navegación. Permiten a la tripulación no tener que sostener el timón, y así disfrutar del día despreocupándote de la tensión constante que requiere mantener el rumbo del barco o velero. Una pausa para ir al baño, tomar un aperitivo o un refresco, reduce un poco la velocidad de navegación y disfruta del entorno. Eso sí, siempre sin perder el nivel mínimo de alerta para evitar cualquier riesgo de colisión.

El piloto automático es de gran ayuda cuando se sale a navegar con tripulación reducida. Ya sea para izar las velas o simplemente para preparar la embarcación antes del atraque en puerto. Reduce la velocidad, mantén el rumbo con el piloto automático, y realiza las tareas necesarias en la embarcación con la mayor seguridad.